BananaS y VolcAneS
La erupción de un volcán puede alcanzar los cultivos de banano y cubrirlos con un manto de cenizas. Descubre qué efectos tiene esta circunstancia en el banano
El banano ecuatoriano vive en un país con una de las riquezas paisajísticas del mundo más sorprendentes. Entre estos paisajes resaltan especialmente los de carácter volcánico, siendo las islas Galapágos su mayor exponente. Pero en el continente, los volcanes también son protagonistas. Tanto es así, que en el año 1082 Alexander von Humboldt bautizó a la extensa cadena de volcanes que surca el territorio ecuatoriano como la «Avenida de los Volcanes».
Chimborazo, Cotopaxi, Cayambe, Antisana, El Altar, Tungurahua, Rumiñahui, Sangay, Imbabura… son sólo algunos de los populares volcanes ecuatorianos. Si bien algunos no han presentado actividad volcánica desde el Pleistoceno, otros incluso han erupcionado en el presente S. XXI. Actualmente el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional de Ecuador (IGEPN) ha contabilizado 27 volcanes potencialmente activos en Ecuador.
Esta condición volcánica de un amplio territorio del Ecuador, explica que sus suelos sean tan ricos y fértiles. Tal como explica el IGEPN en su página, razón para ello es que “La actividad volcánica tiene por efecto realimentar la superficie de la Tierra con nueva materia mineral proveniente de zonas profundas de la Tierra. Por eso, las zonas volcánicas muy comúnmente se caracterizan por tener suelos ricos y fértiles, constantemente alimentados por nuevos aportes minerales, como en el caso del Ecuador”.
Así pues, pese a las consecuencias negativas que en un primer momento tiene que un volcán entre en erupción, en el largo plazo representa una fuente de fertilidad para el campo.
¿Cuál fue el último volcán que afectó a los cultivos de banano?
La última actividad volcánica que tuvo repercusiones en Ecuador ocurrió el 20 de septiembre de 2020. Entonces, el volcán Sangay se manifestó con rotundidad. Desde su cráter se originó una columna de ceniza que alcanzó los 10 km de altura. Estas cenizas se desplazaron por una parte del territorio ecuatoriano, afectando a los cultivos de banano de tres regiones.
¿Qué ocurrió con las cenizas y el banano?
Las cenizas se depositaron en grandes cantidades sobre la superficie de las hojas de la planta del banano. Esto provocó la obstrucción de las mismas, impidiendo que estas realicen funciones vitales para la planta, entre ellas:
- El transporte de energía al interior de la planta, es decir, realizar la fotosíntesis. Este proceso es el que permite nutrir a la planta a través de la energía del Sol.
- La respiración a través de los estomas de las hojas.
- La función de transpiración, que permite a la planta del banano su regulación térmica e hídrica.
Además de las hojas, la fruta del banano también se puede ver afectada por las cenizas. El polvo que generan cae entre los dedos de un racimo, provocando una fricción que afecta a su piel. Este efecto de las cenizas quizás no sea perjudicial para el correcto desarrollo de la planta, pero sí afecta a su exportación. Además, hoy en día los estándares de calidad son altamente exigentes en lo concerniente al aspecto de la fruta (quizás algún día como consumidores adquiramos banano no por lo “bonito” que sea, sino sólo valorando su poder nutricional). Por este motivo, mucho del banano procedente de las fincas afectadas por las cenizas, se destinó al consumo local.
¿Qué se hizo para minimizar los efectos de las cenizas?
Se desplegaron numerosas acciones en el campo para evitar que el banano se viera perjudicado por la cenizas.
Este fenómeno natural es en muchas ocasiones previsto. De este modo, la mayoría de los productores hacen uso de fundas especiales para cubrir los racimos de banano. Estas fundas se llaman “cuello de monja” y consisten en láminas que se colocan entre las “manos” de un “racimo” (en un próximo post os explicaremos las partes de un racimo y la planta del banano) evitando que se rocen . Mira cómo en el siguiente dibujo:
Otra acción desplegada fue el corte de los racimos de banano haciendo uso de escaleras (o sistema de corte en escalera). Esta técnica impide la dispersión del polvo. En condiciones normales, cuando las hojas no están cubiertas de cenizas, los racimos de banano son recolectados haciendo uso de un cuchillo y una colchoneta. Puedes ver cómo en los vídeos de nuestra publicación en BananitaBlog titulada » Bananas en pista para despegue«.
Asimismo, también el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador (MAGAP) advirtió de otras medidas a implantar:
-
-
- “ Sacudir la ceniza volcánica de las hojas y lavarlas con agua, utilizando mangueras o aspersores”.
- “Ayudar a restablecer la conducción de alimentos dentro de la planta”, es “disolver un litro de melaza o miel de panela en 200 litros de agua y aplicarlo en las hojas”.
- “Utilizar durante cuatro semanas la funda DOME con un 60% perforada”.
-
Igualmente, asociaciones de exportadores de banano, ofrecieron una guía de medidas para evitar mayores perjuicios en los cultivos. Es el caso de ACORBANEC, desde donde se difundieron diversas medidas que reforzaron el mensaje de los organismos públicos.
En resumen, como hemos visto más arriba, el hecho de poder disfrutar de un delicioso banano, implica un enorme esfuerzo y arduo trabajo en el campo. Sólo esto último posibilita el viaje por ultramar del banano hasta tu supermercado.
El IGEPN nos lo desvela
«Esta palabra tiene su origen en una isla del mar Mediterráneo llamada “Vulcano”, cerca de Sicilia. La gente que vivía allí hace muchos siglos creía que dicha isla era la chimenea de la herrería de Vulcano, quien era el dios de la fragua para los romanos de la época. Según estas creencias, los fragmentos de lava incandescente y los gases que salían del cráter de la isla eran producidos cuando el dios Vulcano estaba forjando armas para Marte (dios de la guerra) y rayos para Júpiter (rey de los dioses)».