Cultivando bananos orgánicos
¿Sabías que el consumo de bananos orgánicos no hace más que crecer, crecer y crecer?.
Y este fenómeno no sólo nos engloba a los bananos, sino que también a la demanda de otros productos orgánicos. Una mayor preocupación por mantener una alimentación más saludable y por el cuidado del medio ambiente, parecen ser las principales razones para que en las cestas de la compra cada vez cobremos más protagonismo los bananos orgánicos.
La mayor preferencia por los bananos orgánicos, conlleva también que la superficie de terreno agrícola dedicada a nuestro cultivo se haya incrementado. Y así se refleja en la vigésima edición del libro “El mundo de la agricultura orgánica”, publicado por Instituto de agricultura orgánica (conocido por sus siglas en alemán FiBL) y la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), y presentado durante la feria líder mundial de productos orgánicos de Núremberg (BioFach):
Fuente: FiBL-IFOAM-SOEL encuestas 2011-2019
Estas cifras nos hacen pensar que quizás ya te has sumado o te quieres sumar al consumo de productos orgánicos. Pero …
¿sabes por qué somos bananos orgánicos?
Generalmente, el concepto de orgánico o ecológico se asocia al hecho de no emplear sustancias químicas de origen no natural. Pero este requisito no es todo lo que envuelve al proceso de conversión de un cultivo convencional a orgánico. Se requieren más condiciones para que los bananos seamos de origen orgánico. Veamos cuáles son:
Primero, echemos un vistazo a la definición de agricultura orgánica o ecológica de la FAO:
«La agricultura orgánica es un sistema holístico de gestión de la producción que fomenta y mejora la salud del agroecosistema, y en particular la biodiversidad, los ciclos biológicos, y la actividad biológica del suelo. Hace hincapié en el empleo de prácticas de gestión prefiriéndolas respecto al empleo de insumos externos a la finca, teniendo en cuenta que las condiciones regionales requerirán sistemas adaptados localmente. Esto se consigue empleando, siempre que sea posible, métodos culturales, biológicos y mecánicos, en contraposición al uso de materiales sintéticos, para cumplir cada función específica dentro del sistema». (Comisión del Codex Alimentarius, 1999).
Por lo tanto, la agricultura ecológica no es sólo la suma de unas técnicas de cultivo concretas. Además, los productores han de considerar las características de su entorno como un factor determinante para la elección de las más idóneas. Por ello, en una finca de banano orgánico en Ecuador no se aplican exactamente los mismos métodos que en una de República Dominicana.
Alrededor de esta definición giran los textos de las normativas internacionales que velan por la práctica adecuada de un cultivo orgánico.
Fijémonos por ejemplo en la normativa Europea, que aplica en mis destinos de viaje más habituales. En estos Reglamentos europeos sobre producción orgánica o ecológica, se exponen los requisitos para que un producto como nosotros, los bananos, podamos ser etiquetados como orgánicos.
En primer lugar, para lograr un banano orgánico, han de respetarse unas ideas fundamentales cuyo Principio general básico es el siguiente:
- El sistema de cultivo debe ser ecológico. Esto significa que se deben usar los recursos naturales propios del lugar. E igualmente, métodos de trabajo sostenibles como:
- Los de tipo mecánico: como la eliminación de malas hierbas con machete, rozadora, … .
- Aquellos que utilicen organismo vivos para incrementar la fertilidad del suelo. Por ejemplo, el uso de bioles como abonos (abordaremos este tema más en detalle en otro post).
- Los que no hagan uso de OMGs (organismos genéticamente modificados).
- Métodos basados en la prevención y cautela cuando proceda aplicar medidas para evitar problemas futuros. Así, podrían emplearse abonos orgánicos para la prevención de enfermedades en los cultivos.
Además, según la norma europea, un productor de banano orgánico debe atender a unos principios específicos que son:
- No sólo mantener, sino también incrementar la vida, la fertilidad natural, la estabilidad y la biodiversidad del suelo. También, combatir su compactación y erosión, alimentando a las plantas con nutrientes presentes en el ecosistema del propio suelo.
- Reducir al mínimo el uso de recursos no renovables (por ejemplo haciendo un uso responsable del agua).
- Reciclar los desechos producidos como recursos para el cultivo de los bananos.
- Evaluar los posibles impactos a nivel local y regional en la toma de decisiones sobre la producción.
- Mantener la salud de las plantas con medidas preventivas, eligiendo especies y variedades apropiadas que resistan a los parásitos y a las enfermedades, haciendo rotaciones apropiadas de cultivos, usando métodos mecánicos y físicos.
Y por último, cabe señalar dos prohibiciones muy específicas en la producción ecológica y que se mencionan el Reglamento:
- La prohibición de utilizar organismos modificados genéticamente
- La prohibición de utilizar radiaciones ionizantes.
A la vista de los requisitos desglosados más arriba, podemos concluir que la agricultura orgánica o ecológica, implica cuestiones que van más allá de la prohibición de aplicar fertilizantes químicos no ecológicos. Un productor de bananos orgánicos debe sobre todo considerar a su explotación agrícola como un pequeño ecosistema natural, que debe mantener y cuidar para generar impactos ambientales positivos a nivel local y regional. Este escenario conlleva también beneficios sociales en los lugares donde se producen bananos orgánicos o ecológicos. Luego, …