¿Has encontrado alguna vez semillas dentro de tus bananos?
Si ha sido así, entonces habrás comido una variedad salvaje (y seguramente con un sabor poco agradable ;-)), porque yo, Musa spp., y toda mi familia somos cultivados sin semillas.
El motivo: hace mucho tiempo dos especies (Musa acuminata y Musa balbisiana) fueron combinadas para obtener una variedad mejor y más deliciosa. Es lo mismo que ocurre con la mayoría de la fruta, que es mejorada científicamente, puesto que los agricultores no quieren que desaparezcamos en un abrir y cerrar de ojos ante cualquier plaga. La idea es generar frutas más fuertes y más deliciosas.
Así, como Musa spp. soy propagada de forma vegetativa asexual, es decir, sin semillas. Ello significa que me reproduzco por hijuelos o retoños, trozos de rizomas a partir de los que crezco. Pero, ¿qué es un rizoma?. Un rizoma es un tallo subterráneo del que crecen raíces hacia abajo y brotes herbáceos hacia la superficie que se convertirán pronto en pequeñas plantas del banano.
Nuevos rizomas se expanden y en un área pequeña pueden crecer varias plantas
A medida que me desarrollo, nuevos rizomas se expanden a través del suelo, por lo que numerosas plantas de banano pueden brotar en un área muy pequeña. Sin embargo, no todas evolucionarán. En la finca se extraen manualmente aquellos rizomas que no permitirían crecer de forma adecuada a los más fuertes y mejor ubicados. Por lo tanto, siempre hay un brote (el hijo) que crece al lado de mi planta principal o madre. Una vez que el hijo se desarrolla hasta formar un racimo de bananos (para entonces se habrá convertido en la planta madre) y después de cosecharlo (cada planta produce un solo racimo a lo largo de su vida), entonces muere. Al morir se convierte en la planta abuela que continúa alimentando a la nueva madre. En resumen, esta planta abuela ha sido reemplazada por el siguiente brote (la mencionada nueva madre) que apareció junto a la anterior planta madre y ahora abuela, manteniendo este proceso de forma cíclica. Ello explica porque tenemos bananos todo el año.
Siempre se repite la secuencia abuela, madre e hijo
Durante mi vida produzco unas 31 hojas y necesito entre 10 ó 12 meses desde que nace el hijo, para producir una inflorescencia de la que surgirá el racimo de fruta. La inflorescencia emerge desde el centro de mi pseudoestoma (un falso estoma, formado por capas concéntricas de hojas, luego no es un tronco como a simple vista pareciera) y a partir de este momento dejo de producir hojas.

Lo descrito hasta aquí, nos permite entender la enorme extensión requerida para erigir una finca de banano. Estas condiciones hacen también necesario que los agricultores dispongan de un método que les permita identificar la edad de forma precisa de cada una de las numerosas plantas que conforman cada finca. Además, este método de cálculo de la edad ha de ser sencillo. El mismo lo describiremos en nuestro siguiente post: “El calendario de enfunde».