CautelA AntE un RebrotE de ContagioS PoR CoronaviruS
Imagina que aterrizas en un planeta extraterrestre. Aquí tus nuevos vecinos se comportan de forma muy diferente a las costumbres de tu antigua Tierra.
Se lavan las manos de forma continua y meticulosa con agua y jabón, evitan acudir a lugares abarrotados, se cubren la boca y la nariz cuando están unos cerca de otros.
El motivo para tan extraño comportamiento: un nuevo y muy contagioso virus ha alienado el planeta. Este nuevo enemigo es invisible y causa una enfermedad infecciosa que sólo puede derrotarse a través del distanciamiento social. El objetivo es evitar una segunda ola del virus.
Es por ello, que tus nuevos compañeros de planeta han desarrollado ingeniosos métodos para evitar su propagación. Algunos ejemplos: la celebraciones de cumpleaños virtuales, los gimnasios online, el teletrabajo, el incremento del uso de servicios a domicilio o una explosión del turismo local.
Desafortunadamente este no es un planeta lejano, sino nuestra querida amiga la Tierra.
Por suerte, nosotros también disponemos de todas estas herramientas para minimizar el contacto social. Obviamente, no todos podemos trabajar a distancia, pero la mayoría de los ciudadanos sí han podido adaptarse a esta nueva y extraña realidad. En muchos de los países donde se ha puesto fin al confinamiento, se ha demostrado una gran capacidad de adaptación y compromiso ante la nueva realidad social.
Alcanzado este punto, no podemos retornar a nuestras queridas y viejas rutinas. Debemos permanecer cautos. No podemos bajar los brazos y pensar: “Bueno, así es como funcionan las cosas en nuestro mundo imperfecto”. En estos momentos, mensajes de cautela como los del alpinista ecuatoriano Iván Vallejo, cobran gran relevancia.
Vallejo señala que muchos han sido los montañeros que han alcanzado las cimas de grandes cumbres, pero una parte de los mismos ha fallecido en su descenso. Esta cifra es conocida como la Estadística de fatalidad en el descenso: el nº de montañeros que logran la cumbre pero que mueren en la bajada. Porque el espacio en la cumbre del pico por encima de los 8000 m, es conocido como la Zona de la muerte. Enseguida queremos bajar de aquí. Y tan exigente como la subida, o quizás más, es la bajada, puesto que estamos agotados.
Ello permite hacer la siguiente analogía: después de tantos días de confinamiento, con el compromiso de todos hemos llegado al pico de la curva de la epidemia. Y ahora viene el descenso. La gente de primera línea está exhausta. También los ciudadanos comunes estamos agotados, seguramente hartos del confinamiento y asustados porque la economía está casi destruida. Es entonces, cuando urgentemente queremos salir de nuestra propia zona de la muerte. Por ello, no perdamos la concentración y el cuidado en el descenso, que no nos ganen las prisas ni el cansancio y en unos segundos echemos a perder lo que tanto esfuerzo nos costó lograr, alcancemos el campamento base sin perder otro miembro más de la cordada.
Sólo si mantenemos nuestra concentración, reduciremos las tasas de infección.
En Banabio, queremos ser parte de este esfuerzo y hemos desplegado medidas para contener al enemigo; puesto que los plátanos no se pueden recoger online, hemos limitado el contacto entre personas, mejorado los protocolos de higiene, fomentado el uso de equipos de protección individual, y establecido procedimientos para identificar y aislar a personas potencialmente infecciosas.
El diario The Guardian indicaba la semana pasada: “Diez de los países que actualmente se enfrentan a serios incrementos de sus contagios por coronavirus, se encuentran entre las naciones que han adoptado enfoques menos estrictos para manejar sus rebrotes”. Seguramente, adoptar una respuesta relajada ante la pandemia no parece ser la mejor solución.
Esta pandemia es un palo en las ruedas de la economía mundial, particularmente para los más vulnerables (los más ancianos y aquellos con menores ingresos). Luego, mantén la distancia, para mantenernos sanos y salvos.
Iván Vallejo es el primer ecuatoriano y aún el único montañero del Hemisferio Sur, que ha conseguido ascender a las cimas de las catorce montañas de más de 8.000 metros (ochomiles), sin uso suplementario de oxígeno.
Únicamente Iván Vallejo y otras 7 personas más han logrado alcanzar los 14 ochomiles sin uso suplementario de oxígeno.
(Fuente: Wikipedia)